Bocaditos
de Historia

Los dulces de Cádiz tienen gusto a tradición. Nacen de una mezcla perfecta de culturas, con aroma a almíbar, miel, almendra y ajonjolí: son auténticos bocaditos de historia. En sus sabores encontramos una huella latente de su origen árabe, especialmente en los dulces típicos de Navidad. Son un paréntesis en el tiempo, una vuelta atrás, donde prima la calidad y la pasión por el gusto casero.

Los dulces de Cádiz tienen en su gusto la marca distintiva de su origen. Las recetas más emblemáticas de su pastelería se han transmitido de generación en generación, y continúan elaborándose hoy con ingredientes naturales y de forma completamente artesanal.

Entre los dulces más típicos, podemos destacar el tradicional alfajor de Medina Sidonia, protegido por una Indicación Geográfica Protegida (IGP). Llamado originalmente “alajú”, está preparado con miel, almendras, avellanas, harina, pan rallado y especias.

Posee un color tostado al corte, con un aroma especiado y un gusto muy original, que recuerda a frutos secos y miel. Es saludable y delicioso, con una gran personalidad. Tiene forma de canutillo y se presenta en piezas individuales envueltas en papel de diferentes pesos y tamaños. Suele formar parte de los dulces navideños, si bien su consumo tiende a ampliarse.

IGP Alfajor de medina sidonia

Otro dulce característico es el Pan o Turrón de Cádiz. Es un dulce de mazapán relleno con trozos de frutas confitadas y cabello de ángel, con una forma especial que recuerda a un cofre. Se atribuye su origen a la invasión francesa que, a principios del siglo XIX, mantuvo sitiada la ciudad de Cádiz durante un largo periodo de tiempo, causando problemas de abastecimiento de alimentos a la población. Esto obligó a sus habitantes a utilizar la almendra almacenada en la aduana con destino a las colonias de ultramar, elaborando este producto.

Junto con los pestiños – también de tradición árabe, elaborados con masa de harina, fritos en aceite de oliva y pasados por miel – , forman parte de los denominados “frutos de sartén”. Son los dulces navideños más típicos de la capital gaditana.

Además de los dulces mencionados, cuenta la provincia de Cádiz con una rica y variada tradición repostera con especialidades en la mayor parte de sus municipios. Tortas, roscos, mantecados, polvorones, yemas, currusquillos de canela, torrijas, bizcochos y un largo etcétera.

Sin dejar de lado la tradición las pastelerías de Cádiz van marcando una línea de innovación, dándole al dulce típico un gusto cada vez más moderno e internacional. Así por ejemplo, de la teja tradicional de almendra han surgido una amplia variedad: de coco, chocolate, piñones y, las más nuevas, sin gluten y sin azúcar. Además, han ido apareciendo en el mercado algunos chocolates y bombones de excelente calidad y original presentación, que están conquistando un lugar en algunas de las tiendas más exclusivas de Europa.

Sin duda, en el mundo del dulce también se ha modificado el perfil de los consumidores y las pastelerías gaditanas están haciendo el giro que se necesita para estar a la altura de las nuevas tendencias. Gusto, tradición, calidad y artesanía se combinan para ofrecer una gama cada vez más amplia y variada.